Estambul – una megacity con ambiente
Con una resaca importante, nos despertamos y nos preparamos con destino Estambul – para mí un momento esperado desde hace tiempo. Lo único que nos sorprende en el camino es el precio de la gasolina: 1.70€ el litro y el viento que sopla “suave” en la cara hace que aumente muchísimo el consumo (y una vez más sin gasolina en los depósitos…). Llegamos a la frontera y entramos en Turquía sin ningún problema. En solo 15 minutos entramos en el país europeo – asiático.
La llegada a Estambul
En la primera gasolinera aprendemos dos cosas: la gasolina es incluso más cara que en Grecia y la hospitalidad de la gente irreprochable. En 60 segundos nos invitan a un “çay”, un té típico, y hablamos con unos turcos que nos explican cómo llegar a nuestro destino – pensamos que hemos entendido todo pero después veremos que nos equivocábamos… y mucho!
Seguimos nuestro camino y poco antes de llegar a Estambul debemos pasar por un peaje. La barrera no está cerrada y no entiendo muy bien cómo funciona. Martin está igual que yo y como el conductor que viene detrás de nosotros empieza a ponerse nervioso, decidimos seguir pensando que es grati para moteros turistas idiotas, como nosotros. 50 km después, Martin se pone a gritar asegurando que ha visto la salida, y la cogemos arriesgando nuestra vida (la gente en Estambul conducen como locos). Qué error más grande! No solamente nos equivocamos de salida, sino que además nos encontramos con la barrera del peaje completamente cerrada… mierda! Veo una vía abierta y decido pasar por ahí, haciendo saltar una alarma. Martin mientras tanto intentar pasar al lado de una barrera, pero tiene la suerte de que un hombre de por allí le abre con su “bip”. Estamos seguros de que toda la policía nos persigue, pero seguimos el viaje. Enseguida nos damos cuenta de que nos hemos equivocado de salida y empezamos a preguntar a la gente. 3 horas después llegamos al hotel, agotadados y empapados de sudor.
Lo que sabemos hasta ahora: 1) la gente de aquí ayuda siempre que puede y se toman el tiempo necesario para hacerlo. 2) Todo eso no nos ha servido de nada porque no hemos sabido leer el mapa y nos hemos confundido al preguntar… lo sabemos, no estamos orgullosos de eso! 3) Los conductores turcos te hacen ver que en Albania la carretera es una carrera para novatos! Nos han adelantado caminones de los años 50… estoy flipando!
La ciudad
Un compañero de Martin, Aytac, nos acompaña en nuestra primera visita de la ciudad. Nos enseña la Hagia Sophia (antigua iglesia 2convertida” en mezquita en 1453) y la “Mezquita Azul”. Un poco como en París, en Estambul los barrios son diferentes entre sí y cada uno tiene su “vida”. No necesitas ir al centro para salir, por ejemplo. La cosa es que los transportes no están demasiado bien, y eso complica las cosas en una ciudad de alrededor de 20 millones de habitantes. Para ir de la parte europea a la asiática en autobús o en coche se puede tardar fácilmente una hora y media. Y además hay también barcos con los que podemos atravesar el Bosporus.
Después de visitar el palacio de los sultanes, por la noche decidimos ir a tomar algo cerca de la torre Galata, del lado europeo. Esta zona es conocida por su vida nocturna muy activa, y nos quedamos más que satisfechos con la visita. La calle peatonal está llena de gente. Cenamos, tomamos una narguile (sí, yo también – believe it or not:p) y bebemos unas cuantas cervezas antes de volver, más que contentos de nuestro primer día en Estambul.
Al día siguiente tenemos pensado coger un barco para ir por el Bosporus dirección al norte. La excursión está genial y disfrutamos del cielo azul y unas vistas increíbles de los dos lados de Estambul – Europa y Asia. Después de más o menos 3 horas, el compañero de Marin viene a buscarnos y volvemos en coche.
Por la noche decidimos ir a hacer fotos del atardecer (hemos arreglado la cámara por fin) y elegimos el paseo del Bosporus (del lado asiático) con vista a la Hagia Sophia y al Palacio de Sultanes, además de la vieja ciudad europea.
Después de 5 días geniales en Estambul nos vamos al día siguiente a Capadocia… todavía no sabemos lo que nos espera en esta fantástica región, pero como siempre… esto es otra historia.
